Poemas cortos para niños

Poemas cortos para niños

A continuación, te proponemos seis poemas cortos para niños, algunos de los cuales podrás encontrar en el portal de lectura infantil Bosque de Fantasías (www.bosquedefantasias.com). ¡Disfruta del placer de la literatura con tus hijos!

1. La mariposa. De Federico García Lorca

Mariposa del aire
¡qué hermosa eres!

Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil…

Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
No te quieres parar,
pararte no quieres…

Mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz de candil…

Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
quédate ahí.

Mariposa, ¿estás ahí?

2. Abril. De Juan Ramón Jiménez

El chamariz en el chopo.

-¿Y qué más?

El chopo en el cielo azul.

– ¿Y qué más?

El cielo azul en el agua.

– ¿Y qué más?

El agua en la hojita nueva.

– ¿Y qué más?

La hojita nueva en la rosa.

– ¿Y qué más?

La rosa en mi corazón.

– ¿Y qué más?

¡Mi corazón en el tuyo!

3. Sirena varada. De Almudena Orellana

Perdida sobre la tierra,
varada a orillas del mar,
solita se ve a una sirena.

Dicen que es una
estrella del mar,
con las escamas de bronce,
los dientes de marfil,
y la melena de plata.

Que hacía castillos
de arena, soñando
con ser humana.
Que el tiempo tiñó
de nieve su pelo,
esperando a ser amada.

Perdida sobre la tierra,
solita a la orilla del mar,
se ve a la sirena varada.

4. Bailaba la niña alegre. De Almudena Orellana

Bailaba la niña alegre
en una noche estrellada.
Movíase, al son del aire,
bajo la luna de plata.

¡Cómo bailaba la niña!
¡Cómo la niña bailaba!

Con ojos como dos faros
y finas pestañas bordadas.
Con el corazón muy blanco
y mariposas en el alma.

Danzaba la alegre niña
bajo la noche estrellada
Cómo bailaba la niña,
cómo la niña bailaba.

5. El velero hacia la mar. De Almudena Orellana

Sobrevolando las aguas
navegaba el velero
sobre la mar.

¡Velero!
Gritaban los delfines.
¡Velero!
Cantaban las ballenas
guiando con su canto
al velero en su remar.

Soñaba el velero
con surcar las aguas,
las aguas del mar.

6. Pegasos, lindos pegasos. De Antonio Machado

Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!